A la danta
Amaranta le gusta bailar, pero su gran panza la cansa. Se esconde en el Ceibo a llorar. La danta está triste… No puede bailar.
Arriba en las ramas, se
encuentra el jaguar, que duerme la siesta de media mañana. Las lapas le avisan,
mientras se acicalan, que la triste danta llora toda sola, debajo su rama.
EL jaguar conoce muy bien
a Amaranta, la ha visto crecer junto a su camada. Gracias a su gente, que le da
la vida, el jaguar Jorge, guardián de
la selva, hace su trabajo.
Jorge se
estira y mira a Amaranta, sabe que es la hora…. Decide “ayudarla”.
Sigiloso salta, cada vez
más bajo, cada vez más cerca de la triste Amaranta. Cuando ya la tiene muy
cerca, en su mira… extiende su garra, poderosa,
fría, y ….de un solo golpe, rompe una pesada rama, que en la cabeza cae de la sorprendida danta.
Amaranta, con ojos
llorosos, mira hacia el jaguar, y ve sus colmillos, en amplia sonrisa. “¡Corre!“
–gruñe el gato. “¡Corre!” “¡Por tu vida!”
La danta Amaranta no se
espera más, y sale corriendo ¡Pero a todo dar!
El jaguar suspira, con
satisfacción y sale ligero, mas, con precaución. Parece que juegan al gato y
ratón, por entre los árboles, corren un montón.
Amaranta vuela,
sin pensar dos veces. Ni la panza estorba, ni el corazón se cansa. Los dos
animales bailan una danza…
Pezuñas retumban…catapum,pum,pum. Las zarpas repican, tin
tiqui tiqui ting como campanitas, sonando a peligro…
Manteniendo el paso, las
loras alientan con sus cacareos a los corredores… Coco, cococoroco, cococoroco.
Y sus corazones, como en
una orquesta, todo el ritmo marcan… Tum-tum-tum-tum,
tum-tum-tum-tum, tum-tum-tum-tum.
La danta Amaranta ni por
un instante afloja la marcha. Al río se tira, alta la cabeza, porque su gran
panza flotar le permite, y nadar ligera hasta la otra orilla, donde como
siempre, su mamá la espera.
La danta,
mojada, pero más ligera, se frota el hociquito con su madrecita tierna. Su madre pregunta: “¿Por qué tan contenta?”.
Y Amaranta dice: “Es que hoy, madre, ¡yo bailé
en la selva!”
El felino las mira, desde
la otra orilla, su trabajo hecho, baja la cabeza; chasquea la cola, y
desaparece… cual dorado fantasma… ¡Va por otra presa!
Cuestionario:
·
¿Cómo ayudó
el jaguar a la danta?
·
¿Qué podemos
aprender de esta historia?
·
¿Qué escena
te gustó más?
·
Si fueras un
animal del bosque, ¿cuál elegirías ser? ¿Por qué?
·
¿Por qué es
importante el bosque?
·
¿Qué podemos
hacer nosotros y nosotras para protegerlo?
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Actividad de cierre:
·
Hagamos un
mural de la historia
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